San Francisco fue la ciudad pionera en esta nueva tendencia, hace ya más de 10 años, cuando los jóvenes aterrizaban en Silicon Valley ante la gran demanda de empleo, pero sin oferta suficiente de viviendas. Así nació el co-living.
A pesar de las similitudes con una residencia estudiantil, la convivencia en un proyecto inmobiliario de co-living abarca muchos otros factores, como el sentido de comunidad, la sostenibilidad y la economía colaborativa.
Tras su éxito, el formato se fue extendiendo a otras ciudades, tanto en Europa, como en Asia y Sudamérica.
El co-living: ¿qué es?
Además de un fenómeno residencial con sus propias características, el co-living es también un concepto de vida que, a su vez, se está convirtiendo en una alternativa muy atractiva para poder acceder a una vivienda.
El co-living consiste en compartir con vecinos las zonas comunes del edificio, pero siempre teniendo espacio de intimidad propio.
Si bien este tipo de vivienda nació enfocada a jóvenes profesionales --que viajan a estudiar, que estrenan su primer trabajo lejos del hogar familiar o que, sencillamente, buscan independizarse y no disponen de los medios económicos suficientes-- el co-living para mayores es una tendencia que crece cada vez.
Desde el punto de vista de los negocios, los inversores están muy interesados en el co-living y también aquellas empresas y estudios que se encargan de gestionar el diseño y la construcción de edificios para alquilar.
¿Cómo funciona el co-living?
El sistema de vivienda co-living se está empezando a asentar (y adquirir una mayor importancia) en las ciudades con una mayor densidad de población. Básicamente, se puede decir que consiste en el alquiler de una habitación con baño propio dentro de un edificio que cuenta con servicios y espacios comunes para el resto de los inquilinos.
¿Cómo se distribuye un edificio de co-living?
La distribución de un departamento de coliving varía según el diseño y la visión de los desarrolladores, pero suele seguir un patrón que fomenta la vida comunitaria y la privacidad de los residentes.
Aquí hay una descripción general de cómo se distribuye un edificio de este tipo:
- Espacios comunes: estos son el corazón de un proyecto de co-living y se diseñan para fomentar la interacción entre los residentes. Pueden incluir áreas de estar compartidas, cocinas comunes, áreas de coworking, zonas de entretenimiento, gimnasios y más. Estos espacios son ideales para socializar, trabajar o relajarse.
- Habitaciones privadas: cada residente tiene su propia habitación, que suelen ser eficientes en cuanto al espacio y están diseñadas para brindar comodidad e intimidad. Pueden incluir baños privados, muebles funcionales, y acceso a Internet.
- Gestión y servicios: la gestión de estos edificios es responsable de garantizar la comodidad de los residentes. Esto incluye servicios como limpieza regular de áreas comunes, mantenimiento, organización de eventos y actividades para fomentar la relación entre los residentes.
- Seguridad y acceso: la seguridad es una prioridad en el apartamento de co-living. Los edificios suelen contar con sistemas de acceso controlado, como tarjetas de identificación o códigos, para garantizar la seguridad y las pertenencias.
- Ubicación estratégica: la vivienda de co-living suele estar ubicada estratégicamente cerca de áreas comerciales, de entretenimiento y de transporte público. Esto facilita la vida de los residentes, brindándoles acceso a servicios y comodidades cercanos.
En resumen, la distribución de este tipo de viviendas se centra en la creación de espacios compartidos que fomentan la comunidad y la interacción, junto con habitaciones privadas para la vida individual. La gestión y los servicios garantizan una experiencia de co-living cómoda, y la seguridad y la ubicación son aspectos clave en el proyecto.
Está destinado para los jóvenes… ¿o existe el co-living para mayores?
Esta forma de vida se diseñó con un enfoque en jóvenes profesionales, estudiantes y personas que buscan una comunidad activa y compartida. Sin embargo, en los últimos años, ha evolucionado y se ha adaptado para satisfacer las necesidades de un grupo demográfico más amplio, aumentando la tendencia del co-living para personas mayores.
Hoy en día, existen opciones de co-living orientadas a personas mayores que desean disfrutar de un ambiente comunitario, servicios compartidos y comodidades, al tiempo que mantienen su independencia y privacidad. Algunas características de este tipo de alojamiento son:
- Accesibilidad: están diseñados teniendo en cuenta la accesibilidad, con instalaciones que cumplen con normas de seguridad y comodidad.
- Atención y cuidados: ofrecen servicios de cuidado a medida que los residentes envejecen, lo que puede incluir atención médica, asistencia en actividades diarias y programas de bienestar.
- Comunidad activa: aunque la edad media es mayor, la comunidad sigue siendo un elemento fundamental. Se fomentan las actividades sociales, eventos y la interacción entre los residentes.
- Privacidad: junto con las áreas compartidas, los residentes del co-living tienen sus propias habitaciones para mantener su independencia y privacidad.
- Servicios compartidos: el co-living para mayores suele ofrecer servicios compartidos, como comedor común, áreas de estar, actividades recreativas, y más.
En resumen, el co-living se ha diversificado para incluir opciones dirigidas a personas de mayor edad que desean una experiencia comunitaria en la que puedan envejecer de manera activa y social, al tiempo que reciben los cuidados y la atención adecuados.
La flexibilidad y la variedad del co-living está creciendo en las ciudades del mundo, lo que permite a diferentes grupos de edad encontrar opciones que se adapten a sus necesidades y preferencias para mayor bienestar y calidad de vida.
Fuente: Metrovacesa
Foto: ESARQ